DIARIO DE SEVILLA
JUAN CARLOS MUÑOZ 2023
110) El Ave
Fénix
avvfénix.blogspot.com.es 20/08/2023
el barrio de Santa Cruz de Sevilla Conoce mejor su historia
El autor reflexiona sobre la evolución, o involución, de uno de los
enclaves más turísticos de Sevilla
El mes pasado oí a un guía español que le
espetaba a su grupo: la antigua judería, el barrio de Santa Cruz es muy
turístico, más auténtico es el barrio de San Bartolomé. Paralelamente, otro
comentario de una guía en inglés: aquí sólo se encuentran apartamentos
turísticos salvo algunos privilegiados y unos marqueses que viven en una casa
palacio. Otras veces, el socorrido lugar común de que el pintoresco barrio es
un pastiche, invento del Marqués de la Vega Inclán en las vísperas de la
Exposición Iberoamericana de 1929. Sin embargo, lo que hizo el ilustre
Comisario Regio de Turismo (1911-1928) fue rehabilitar, en el mejor sentido del
término, urbanizando y renovando admirablemente un barrio que se abría al
incipiente turismo. En ese corazón del centro histórico de Sevilla existían aún
no sólo palacios sino también muchas casas nobles, algunas de ellas convertidas
en casas de vecinos. Conoce mejor su
historia
El barrio 7 del cuartel A del plano del
asistente Olavide representó hasta la década de los años 80 del pasado siglo un
núcleo vivo de animado vecindario capaz de convivir con un turismo que no era
ya el que trajo la Exposición Iberoamericana. Y su espíritu cívico fue siempre
ejemplar como refiere la relación de los hechos ocurridos en la epidemia de
fiebre amarilla que asoló la ciudad en 1819, cuando el barrio contaba con 1.650
vecinos.
Podemos afirmar que ese barrio se mantuvo
incólume a través del tiempo hasta la década de los años 70, cuando Sevilla
acabó en manos de la especulación y el derribismo sin importar lo que cayera
bajo la piqueta. La desgraciada especie de que el pintoresco barrio era un
pastiche, propalada por ignaros arquitectos, fue un buen caldo de cultivo para
aquellos que solo veían una buena inversión en hermosas fincas que se podían
declarar en ruina, a veces, por un simple desconchón provocado por la humedad.
No podemos tachar de pastiche la arquitectura regionalista de Juan Talavera ni
su criterio urbanístico al crear la proyectada ciudad-jardín con las plazas de
Doña Elvira o la Plaza de Santa Cruz en conexión con los Jardines de Murillo
que vemos en el plano oficial de José Andrés Vázquez Pérez de 1920.
Jardines de Murillo
Quienes desprecian la arquitectura del
barrio de Santa Cruz parecen olvidar la casa de los Salinas, antigua morada del
converso Baltasar de Jaén frente a la iglesia parroquial, o la próxima casa
natal del cardenal Wiseman, propiedad de los marqueses de los Ríos, hoy Museo
Bellver. O casas palacios como la de los Ximénez de Enciso donde vivió el
dramaturgo de nuestro Siglo de Oro en la calle que les da nombre, antigua
residencia universitaria, hoy hotel y patio flamenco, todas ellas entre viejos
edificios renovados o nuevas construcciones regionalistas de los años veinte,
además de otras casas populares cuyo nivel del zaguán acreditaba su antigüedad.
Otra, legendaria, según Méndez Bejarano, sería la de la bella Ester, hija del
sabio médico Selomo Sefardí, en la calle del Moro Muerto esquina a la
Jamerdana, donde luego viviría el ilustrado Reinoso y, más tarde, el
catedrático Francisco de las Barras de Aragón, evocado por la pluma de Romero
Murube; antigua casa de fines del siglo XV que se mantuvo en la pureza de sus
principios hasta ser burdamente transformada en hotel boutique en la década de
los 90. Más arriba, en la otra esquina, la dieciochesca mansión de la marquesa
de Torreblanca, morada de Blanco White, no desmerece de la frontera fachada de
la iglesia de los Venerables. No era, pues, todo pastiche. Y quien quiera
verlo, ahí tiene el documento gráfico de las tres ediciones desde 1976 de la
arquitectura civil sevillana de Francisco Collantes de Terán y Luis Gómez Estern,
dramático compendio de la destrucción de Sevilla en el siglo XX.
Barrio de Santa Cruz
A mayor abundamiento, bien sabido es que
el Plan General de Ordenación Urbana de Sevilla, elaborado por la Gerencia de
Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla (1987), dentro de la calificación y usos
del centro histórico concedió a todos los edificios un nivel de protección A,
B, C, y D, según su importancia. Curiosamente, resulta edificante comprobar
espacios en los que no figura ninguna letra. Precisamente aquellos que
correspondían a magníficas fincas y palacios derribados que luego serían
convertidos en hoteles y apartamentos. Valga el ejemplo de la magnífica casa de
los Alfaro, en la plaza del mismo nombre, o la de los Céspedes, también
convertida en hotel.
Emigraron los tenderos, las lecheras, el carpintero, los zapateros, el droguero... y murieron el sastre y las modistas. Las tiendas de comestibles se convirtieron en bares y restaurantes. Las tres librerías que disfrutaba el barrio corrieron la misma suerte. Las plantas bajas de los edificios son tiendas de souvenirs. Por lo tanto, llevaban razón aquellos guías que mencionábamos al principio, pues el barrio de San Bartolomé conserva todavía el carácter de un barrio. El de Santa Cruz ha perdido su espíritu y mantiene un ambiente próximo al zoco. Muy pocos vecinos quedan y, de los antiguos, sólo aquellos que tienen intereses en el barrio. Han proliferado los apartamentos turísticos en flagrante desproporción con las viviendas de los vecinos. Viene de lejos la carroñera gestión de nuestro patrimonio. La reciente ordenación de la calle Mateos Gago, nervio espinazo del conjunto, ha sido, en términos taurinos, darle la puntilla al barrio de Santa Cruz.
Pinceladas de humor
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