Historia y
evolución del campo santo sevillano a través de mapas, fotografías e
infografías.
Un paseo por las tumbas, criptas y
mausoleos del Cementerio de Sevilla. WHATSAPP TELEGRAM
A mitad del
siglo XIX Sevilla dispone de varios cementerios extramuros, tres de ellos
agrupados en torno a la ermita de San Sebastián y, un cuarto en Triana, el de
San José. Todos presentaban graves carencias y saturación, especialmente los
primeros, debido al crecimiento demográfico y a las múltiples epidemias que
había sufrido la ciudad durante la primera mitad del siglo (viruela, fiebre
amarilla o cólera).
Mapa de
ubicación de los cementerios de Sevilla en la primera mitad del siglo XIX.
Fisonomía
y evolución
Ocupa, exactamente,
278.483 metros cuadrados de superficie. Su planta tiene forma de pirámide orientada al sur.
Tras su entrada, se inicia una larga vía que lo estructura, de 800 metros en
línea recta y 3 tramos separados por rotondas. El primero de ellos tiene una
longitud de 360 metros desde la entrada y culmina en la rotonda del
crucificado de Antonio Susillo: es la calle de la Fe. Desde el crucificado
hasta la siguiente rotonda, la de la Caridad, discurre la calle de la Esperanza
y, desde la glorieta de la Caridad hasta el final, hay un último tramo de 240
metros llamado calle de la Piedad.
Esta larga vía es cruzada
por calles paralelas con nombres de santos, en su mayoría. Casi la totalidad de
los bloques destinados a nichos se encuentran a continuación, en la ampliación
norte del cementerio. Es la zona a la que se llama Cementerio
nuevo. El resto del camposanto está colmado de sepulcros
individuales, enterramientos familiares y panteones de mayor o menor tamaño,
unos más suntuosos que otros, algunos, auténticas obras de arte.
Fisonomía del cementerio de San Fernando.
Fuente: Ayuntamiento de Sevilla.
La portada de acceso es
posterior a la inauguración del cementerio (1852). Fue diseñada en 1884 por
Francisco Aurelio Álvarez Millán, que añadió en 1886 dos edificios adicionales
franqueándola, destinados a albergar las labores de gestión del recinto. Para la
portada y la plaza de acceso existe, actualmente, un plan de reforma.
El primer horno crematorio
del cementerio de San Fernando se colocó en 1986. En 1994 se añadió un segundo
horno crematorio. El incremento paulatino de las incineraciones obligaron a
ampliarlos en tres más en el año 2000, que se ubican junto a la entrada. En esa
fecha, también se expropiaron 32 naves del polígono industrial San Jerónimo, al
norte del cementerio, para construir nuevos nichos, pero el aumento del número
de incineraciones paralizó esta ampliación (mostramos esta evolución en una
gráfica más abajo).
El último añadido al
proyecto original es el Jardín del Recuerdo y sus curiosas
pirámides para albergar cenizas, ubicadas a
la entrada del camposanto.
Pirámides para cenizas en el Jardín del Recuerdo.
Cuatro cementerios en uno.
En el Cementerio de Sevilla la diversidad
religiosa y la coexistencia de diferentes comunidades se manifiestan de manera
extraordinaria. Pocos ciudadanos conocen que, junto al cristiano y en el
interior del recinto, se ubican tres cementerios más: el judío, el musulmán y el dedicados a
disidentes, cada uno contando su propia historia de fe y memoria.
Mapa de los cuatro cementerios que se
ubican en el cementerio de San Fernando.
El cementerio musulmán de
Sevilla, como muchos otros en España, hunde sus raíces en los años de la Guerra
Civil, pues se abrió para alojar a los soldados marroquíes fallecidos que
sirvieron en las tropas del general Queipo de Llano. Cayó en desuso tras de la
contienda y fue objeto de una orden de cierre emitida por el Ayuntamiento en
1944. En 1984, la comunidad islámica de Sevilla inició gestiones para levantar
la orden de clausura y restaurar el cementerio, que volvió a abrirse en 1987.
Desde entonces, opera bajo las normas generales del Cementerio de San Fernando,
con supervisión municipal, y acoge a la comunidad musulmana.
Puerta de acceso al Cementerio de San Fernando
Inicialmente, el Cementerio de Disidentes estaba destinado a la comunidad protestante y a las personas que habían acabado con su vida con un suicidio. Pero también terminaron enterrados en él ciudadanos que, independientemente de su muerte, tuvieron un gran relieve en el círculo de las ideas y de la lucha política. En su origen estaba separado por un muro del cementerio católico, que fue derribado durante la Segunda República y vuelto a construir durante el franquismo. Hoy está totalmente abierto e integrado en el cementerio cristiano, configurando un espacio abierto y diáfano donde conviven culturas y creencias diversas.
Vista del Cementerio de Disidentes de San
Fernando
Al final del mismo, separado por una verja, se encuentra el cementerio judío, espacio destinado a los entierros de personas de esta fe, quienes siguen siendo fieles a sus rituales y tradiciones religiosas, que prohíben los mausoleos y las cremaciones. Entre estas costumbres, y así puede observarse fácilmente, destaca la colocación de faroles y pequeñas piedras sobre la lápida del difunto. Ambos rituales se consideran símbolos de vida eterna y cumplen con la tradición judía de no utilizar flores.
Sepulturas en el cementerio judío de San
Fernando
La ruta de las fosas comunes
Los enterramientos en fosa común fueron
una opción más entre las sepulturas que se utilizaron en el cementerio de
Sevilla. Las últimas estuvieron activas hasta finales de los años setenta,
destinadas, salvo las tres que se abrieron durante la Guerra Civil, a
indigentes y personas no reclamadas. Las primeras se ubicaron en el extremo
sureste del cementerio, cerca de las tapias laterales y de cierre del
Cementerio de los Disidentes. Se excavaron nueve fosas en total, dispuestas en
paralelo desde el fondo hacia el interior del recinto.
Ruta para visitar las fosas comunes del
Cementerio de San Fernando de Sevilla.
Ruta para visitar las fosas comunes del Cementerio de San Fernando de Sevilla. Fuente: Ayuntamiento de Sevilla. / DPTO. DE INFOGRAFÍA
A medida que estas fosas se llenaron, se
abrieron otras en la zona norte. En total, se enterraron casi 29.000 cuerpos en
fosas comunes. Más de 4.500 pertenecen a personas represaliadas, en un período
que abarca desde 1936 hasta 1958, según registros del Archivo Municipal.
El 29 de marzo de este año 2023, el Ayuntamiento de Sevilla inauguró el osario de Pico Reja para la
inhumación de los restos de 1.786 cuerpos recuperados de la fosa común de
Pico Reja y enterrados allí durante la Guerra Civil. Pico Reja se ocupó con
gran rapidez, en algo menos de un mes desde el inicio de la contienda, el
administrador del cementerio informó que la fosa estaba al borde de su
capacidad.
Vista del osario de Pico Reja en el
cementerio de San Fernando.
El osario se encuentra justo encima de
donde se ubicó esta fosa, que ocupaba, aproximadamente, una superficie de 675
metros cuadrados, contando con una profundidad de 4 metros. Entre las
víctimas, se encontraban personalidades políticas locales, provinciales y
nacionales, líderes sindicales, como Blas Infante, por ejemplo, junto a médicos
y militares y miembros de las fuerzas de asalto. Parte de la Columna Minera de
Huelva también encontró su descanso final aquí.
En cifras
El cementerio de San Fernando acoge a miles
de fallecidos, que descansan de varias maneras en el recinto. Actualmente, el
camposanto de la ciudad ofrece cinco tipos de enterramientos (su distribución y tipología puede
verse en el segundo mapa de este reportaje). El primero de ellos son los
nichos, es decir, cavidades en un muro integrado en edificación de hileras. Es
la tipología más numerosa. Aunque estas edificaciones se pueden encontrar
dispuestas por todo el recinto, la mayoría de ellas se agrupan en la explanada
del Cementerio nuevo y tras el espacio ocupado por los
cementerios de Disidentes y Judío.
De la misma forma, aunque de dimensiones
más reducidas, son los osarios, pensados para familiares que quieren custodiar
las partes o las cenizas de un difunto. Los columbarios se disponen de igual
forma, siendo aún más pequeños los espacios destinados a albergar las cenizas
de los fallecidos.
Y, por último, los enterramientos más
tradicionales: las sepulturas bajo tierra acompañadas de una lápida. No es el
caso de los panteones, la forma más llamativa y sofisticada de dar descanso a
los difuntos. Algunos, como el de Joselito El Gallo, obra de Mariano Benlliure,
son monumentos dignos de ser visitados. Puede encontrar una ruta detallada y
documentada de los enterramientos más especiales del camposanto de San Fernando
en el siguiente reportaje: Los tesoros ocultos del Cementerio de San
Fernando.
Mapa de
ubicación del cementerio de San Jorge de Sevilla.
El otro
cementerio de Sevilla
En el corazón del barrio de San Jerónimo se
encuentra el otro cementerio de la ciudad: el cementerio
de San Jorge o cementerio de los ingleses. Fue creado en
1855, apenas dos años después de la inauguración del de San Fernando, que originalmente
incluyó un proyecto fallido de jardín para la comunidad protestante.
El propósito de cementerio de San Jorge era
proporcionar un lugar de descanso final a la comunidad británica que residía en
Sevilla. Aunque la historia sobre su fundación varía, se cree que John Benjamin
Williams, vicecónsul del Reino Unido en Sevilla, adquirió el terreno para dar
sepultura a marineros ingleses fallecidos por tuberculosis, lo que hacía
imposible su repatriación, pues la Iglesia Católica no permitía, inicialmente,
enterrar a los ingleses en cementerios cristianos.
El cementerio exhibe diversos estilos
arquitectónicos y cuenta con una tumba mudéjar. Alberga unos 250
enterramientos. Acoge tumbas notables, como la de John Cunningham, benefactor
de la ciudad o Bernard Whishaw, el arqueólogo que fundó el primer Museo
Arqueológico de Sevilla. También yacen aquí los restos de algunos cofundadores
del Sevilla FC. Actualmente se encuentra en un estado de conservación bastante
deficiente y es objeto de reiterados actos de vandalismo.
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