domingo, 7 de mayo de 2023

Bobby y la fuerza de la lealtad Historias de perros

Bobby

82)      El Ave Fénix        avvfénix.blogspot.com.es  04/05/2023

Bobby y la fuerza de la lealtad  Historias de perros  

Bobby era un perro de raza Skye Terrier, que se convirtió en una auténtica leyenda. Su amo era John Gray, un vigilante nocturno de Edimburgo que lo adoptó y lo convirtió en un amigo inseparable. Sin embargo, Gray murió de tuberculosis, en 1858. Había pasado los últimos años de su vida al lado del perro y este no comprendió lo que ocurría.

Se cuenta que John Gray fue enterrado en el cementerio Greyfriars. Desde entonces, Bobby se trasladó a ese lugar para acompañar a su amo, incluso más allá de la frontera de la vida. Esta es una de esas historias de perros que siguen ilusionados con volver a ver a sus dueños, aún después de que estos han muerto. Sin embargo, el caso de Bobby tiene algunas particularidades especiales.

Los lugareños de la época notaron que el perro no se separaba de la tumba de su amo, por ninguna razón. Trataron de atraerlo, pero él no atendía. Así pasó 9 años, hasta que se emitió una orden según la cual todo perro no registrado sería sacrificado. Sir William Chambers pagó el registro de Bobby y le hizo un collar grabado con su nombre, que todavía se conserva en un museo de Escocia.

Bobby murió 14 años después de su dueño. Se hizo una tumba en su honor y el escultor Wiliam Brodie elaboró una famosa estatua, en tamaño natural, que aún se conserva en Edimburgo. Desde el año 2000, la tumba de Bobby se ha convertido en una especie de santuario donde la gente va a dejar palos para que Bobby los atrape. Dice en su lápida: “Que su lealtad y devoción sean un ejemplo para todos nosotros”.





Otra de las insólitas historias de perros


En Punta Arenas, Chile, tuvo lugar otra de esas fantásticas historias de perros que superan la imaginación de cualquier guionista. Se desconoce el nombre del can. Su dueña era una niña de 8 años, que tenía un vínculo muy fuerte con el animalito. Una mañana, su madre fue a llevar al hermano pequeño de la niña hasta el jardín de infantes . Por eso la pequeña se quedó sola en la casa durante casi una hora.

Un hombre, que acechaba a la niña, aprovechó la situación para llamar al timbre. Entró a la fuerza e intentó abusar sexualmente  de la niña, que apenas si pudo defenderse. El perro se lanzó furiosamente sobre el agresor, que en poco tiempo se vio reducido y huyó. Cuando la madre volvió, la pequeña le contó lo ocurrido. La policía se hizo presente y detectó rastros de sangre del pederasta. Así pudieron establecer su identidad y darle captura.

 








 

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