avvfénix.blogspot.coom.es 27/06/2020
Fábula de
la tolerancia
Un chocolate muy especial. Un cuento sobre la
tolerancia
Cuento para enseñar a los niños el valor
de la tolerancia y del respeto a las diferencias. Eva Herráez. Maestra. 8 de noviembre de
2018
Este precioso cuento, de autoría
de Eva María Riber, ganadora del Concurso de Cuentos cortos
de AMEI (Asociación Mundial de Educadores Infantiles), nos
habla de valores tan importantes a introducir en la educación de los niños,
como la igualdad, la tolerancia a los demás y
del bien común, y el respeto a las
diferencias.
A través de los cuentos, padres y
educadores pueden transmitir valores morales que
enseñarán a los niños a ser buenas personas.
Índice
- Enseña a tu hijo a ser tolerante con el cuento de 'Un chocolate muy especial'
- Preguntas para la comprensión de texto de los niños
Enseña a tu hijo a ser tolerante con el cuento de 'Un chocolate muy
especial'
- Mami, mami, hoy llegó una niña nueva a
la escuela.
- Qué bien cariño, ¿Jugaste con ella?
- No mami, la mordí.
- ¿La mordiste? pero, ¿por qué lo
hiciste?, la niña nueva estará muy triste.
- Mami, yo quería probarla.
- ¿Probarla?
- Si mami, la niña nueva es de chocolate
y otros niños la llamaron negra.
- ¿De chocolate?, ¿Negra? ¡Oh! Cariño ya
entiendo. Ven, acércate, siéntate junto a mi, quiero contarte una historia...
Mira, hace muchos años, en un país muy
lejano, existía una pequeña aldea en la que sus habitantes vivían muy tristes
porque el Sol cada día brillaba tan fuerte que solo les quedaba la noche para
poder salir fuera de sus casas. Los niños no podían ir a la escuela, los papás
no podían ir al trabajo...
- Pero mami, hoy también brillaba el Sol
fuerte y fuimos a la escuela...
- Tienes razón cariño, pero fíjate,
escucha...
En aquella aldea además de brillar muy
fuerte el Sol, quemaba tanto, que los campos estaban sin flores, los ríos se
secaban y si sus rayos tocaban en la piel de los aldeanos les producía unas
quemaduras terribles. Entonces un día una niña pequeña como tú, le dijo a su
mamá:
- Mami, esta noche buscaré al Señor Sol
y le pediré por favor que deje de quemar nuestros campos, de secar nuestros
ríos y de dañar nuestra piel. Él no me da miedo, la noche me protegerá y yo me
cubriré muy bien.
La niña subió muy despacito una gran
montaña esperando sin miedo a que el Señor Sol apareciera en el horizonte.
- ¡Señor Sol, Señor Sol!
- ¿Quién me despierta tan temprano?, Aún
no ha amanecido - La voz del Señor Sol era un poco ronca pero la niña no se
asustó y continúo llamándole...
- ¡Señor Sol, Señor Sol, por favor deje
de quemar a mi pueblo!
Entonces el Señor Sol abrió sus
brillantes y grandes ojos sorprendiéndose al ver a una niña pequeña envuelta en
telas de muchos colores, despertándole tan temprano.
- ¿Qué haces aquí pequeña?, ¿Por qué
llevas esas telas?, apenas puedo verte. ¿No tendrías que estar en la escuela? -
Le preguntó El Señor Sol un poco disgustado.
Entonces la niña le explicó con todo
detalle el motivo de su visita.
- Si me quito estas telas, quemarás mi
piel clara y me dolerá mucho.
El Señor Sol se quedó muy pensativo y
transcurridos unos minutos a los que la niña espero pacientemente le dijo:
- Eres muy valiente, y tienes un gran
corazón porque no solo has venido por ti, así que voy a hacerte un
regalo.
Buscó en un bolsillo de su gran bola
radiante, sacando de él unos saquitos que entregó a la niña diciéndole:
- Mira, dentro de estos saquitos hay
unos pequeños escudos mágicos que protegerán tu piel y a todos los habitantes
de tu aldea. Tu piel se oscurecerá y estará siempre protegida contra mis
fuertes rayos. Para tus campos y tus ríos, mandaré a mis amigas las nubes para
que preparen las estaciones de las lluvias y no se olviden de tu aldea.
La pequeña agradeció al Señor Sol todos
sus regalos y marchó rápido hacia la aldea.
Al día siguiente, todos los habitantes
de la aldea habían puesto ya en su piel los pequeños escudos mágicos que les
protegerían de los fuertes rayos solares. Su piel se oscureció, ¡estaban
radiantes! Y la aldea volvió a la normalidad.
- Mami, entonces, ¿mi amiguita viene de
un país lejano?.
- Seguramente cariño, sus abuelitos o
sus antepasados vinieron de lugares donde el Señor Sol quema mucho y una fina
capa de su piel se oscurece para protegerles. Por eso tu pensaste que tu
amiguita era de chocolate.
- Gracias mami, mañana le daré muchos
besitos a mi nueva amiga, le pediré perdón y jugaremos juntas. Sabes mami, su
cara estaba radiante.
FIN
Preguntas para la comprensión de texto de los niños
1. ¿Por qué una niña se ha mordido a
otra en el colegio?
2. ¿Qué has entendido de la historia que
contó su madre a su hija?
4. ¿Qué decisión ha tomado la niña tras
el cuento?
5. ¿Qué has aprendido con este cuento?
Eva María Riber Herráez es maestra
española y actualmente trabaja en un colegio religioso concertado con niños y
niñas de 3º de primaria. Le fascina su trabajo y escribir cuentos y poesías para niños. Es madre de tres
niñas con las que aprende y se inspira, y abuela de dos preciosos niños. Ella
dedica este cuento a todos esos niños que injustamente son insultados o
rechazados. Este cuento fui ganador en el Concurso Internacional de Cuentos Cortos para la
educación en valores, realizado por la AMEI.
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