Historias de perros. Hachiko,
el perro que durante 10 años esperó en una estación de tren a su dueño muerto.
Hachiko acudió todos los días, durante 10 años, a la estación de
Shibuya, en Japón, a la hora en la que llegaba el tren que siempre traía de
vuelta a su dueño. Y en la estación murió. Tiene una estatua y llegó al cine
con Richard Gere como su dueño.
Es
la historia de un perro. Era
japonés y se llamaba Hachiko (1923-1935). Su dueño, Hidesaburo Ueno, era un
agrónomo que impartía clases en la Universidad de Tokio. Lo encontró cuando
apenas era un cachorro, en 1924. En un principio no quiso quedárselo, pero
después se encariñó con él y cambió de opinión. Al notar que el perrito sufría
una desviación en las patas delanteras, decidió llamarle Hachi, en
referencia al término nipón que designa
al ocho.
Ueno y
Hachiko se
hicieron inseparables. El animal acompañaba al profesor por la
mañana a la estación de tren de Shibuya, donde se lo podía ver al final de la
jornada mientras esperaba
su vuelta. Aquellos con los que se encontraban en su trayecto
diario, transeúntes o dueños de comercios, observaban con simpatía la devoción
del perro por su amo. Una muestra de fidelidad pocas veces vista.
Pero el profesor murió el 21 de mayo
de 1925, víctima de una hemorragia cerebral. Hachiko, a partir
de ese momento, siguió acudiendo invariablemente a la estación, como si Ueno
tuviera que llegar en cualquier momento. Iba a vivir allí, en Shibuya, el resto de su existencia. Admirados
por su inquebrantable fidelidad, los viajeros que pasaban por allí se
encargaron de alimentarlo y cuidarlo. Empezó a ser conocido por todos como "el perro
fiel".
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