avvfénix.blogspot.com.es 29/04/2021
La verdad y la razón, tuyas, suyas y mías son.
La verdad y la razón, tuyas, suyas y mías son. La ilusión, el éxito, el fracaso, el orgullo, la intimidad… Todas estas cosas son nuestras, exclusivas y privadas de cada uno, pero no son, ni tienen que ser la de los demás, cada cual tiene las suyas, y las aplica según cree conveniente en cada momento y situación.
Pero eso no quiere decir que son las que tienen o deben de ser las verdaderas, estas son para cada persona las que él tiene, y así las utiliza aplica y maneja. Y hay tantas como personas en el Mundo, todas distintas, pueden ser parecidas o coincidentes, en todo o parte de ellas, pero diferentes, cada una de otra.
Y eso no es ni bueno ni malo, simplemente es así. Diferente es la utilización que se haga de ellas. Si te benefician a ti pero perjudican a otras personas, seres o a la sociedad, el entorno y la convivencia, ahí es donde puede venir el problema. Que por ser las nuestras creamos tener el derecho a que sean exclusivas. La capacidad que se debe tener para reconocer que las demás son tan positivas como las tuyas, no todas las personas la tienen. Tampoco la humildad, la tolerancia, el respeto, necesarios para el resto. La conveniencia de la cesión o negociación en la utilización.
Cuando eso falta, vienen la mayoría de los conflictos. Individualmente entre personas y que se van haciendo extensivas hasta límites insospechados. Porque al final, el aumento de la cantidad en el número de personas, (es lo que lleva a las masas), y la cantidad en gran parte de los casos, lo que hace es perjudicarlo.
Para poner un ejemplo de cómo interpretamos nuestra razón cada uno. Un grupo de personas acuden a una fiesta o un acontecimiento. Cada una de ellas va por su lado, muchas ni se conocen. Todas piensan que son las más elegantes, mejor vestidas para la ocasión. Normalmente no hay dos lo mismo, pueden estar dentro de un estilo o moda, pero no iguales . Y todas creen que son las más favorecidas. Y todas llevan razón, su razón, su verdad, su ilusión, son las suyas y le dan derecho a sentirse así.
Así ocurre en todas las cosas de la vida, pero si utilizamos la Tolerancia, Humildad y Respeto que cada persona merece, los conflictos en gran medida se evitan.
La empatía. = Comprensión. Ponerse en el lugar de otra persona. Conocer sus sentimientos, preocupaciones y circunstancias. Escuchar sus opiniones y puntos de vista. Esto no significa que haya que estar de acuerdo con ella, pero si ayuda a entender y poder valorar mejor su actitud. La empatía, no se nace con ella, se hace, se aprende y practicándola se mejora (como cualquier otra cosa en la vida). Nos ayuda a no evaluar, y no juzgar o descalificar. Favorece la afectividad y desarrolla el diálogo.
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