viernes, 7 de mayo de 2021

El día del examen.

 

                

     avvfénix.blogspot.com.es                              07/05/2021          


El día del examen.

Sonó la alarma del móvil con la canción de “un nuevo día”.

A Corina le costó levantarse. La noche anterior había estado estudiando hasta tarde. Pero era el día del examen final y no podía permitirse disfrutar ni un minuto más de la cama. Dio un impulso para no pensarlo y salió  de entre las sabanas. Se fue directa a la ducha para espabilarse y estar fresca y bien despierta.  Le esperaba un día especial, era el examen final del último curso de la carrera, y tenía que aprobarlo, lo necesitaba, no era posible alargar más sus estudios, tenía que intentar acceder al mercado laboral y la Literatura no era precisamente su asignatura favorita. 

No ha sido posible desayunar, solo un café, ni hay tiempo ni lo admite en estómago (hay nervios contenidos). Y pitando para la calle, dirección a la parada del tren (hay cuarenta  minutos hasta la Universidad), en el trayecto irá repasando el examen, otros días lo hace leyendo o hablando con algún compañero de viaje.  

Llega la hora, son las 9,45 y empieza a las 10. Dos horas de duración (que se hacen eternas). Nada más empezar, poco a poco voy perdiendo los nervios, a los 15 minutos estoy tan concentrada que parece que estoy sola en la Aula, sola mi examen y yo. Una de las pruebas es hacer un comentario extenso sobre Don Quijote de la Mancha (que bien), lo he leído varias veces, es uno de mis libros preferidos. Esto empieza bien, eso me da confianza, me pongo contenta, seguro que lo consigo.

12 horas, terminado, estoy casi eufórica, con una moral muy alta, creo que lo he hecho bien, bueno creo, no, seguro, no me voy a engañar a mí misma. Este va a ser el inicio de una nueva faceta de mi vida. La canción que tiene el móvil para despertarme “un nuevo día” la voy a cambiar por otra 'De camino a la vereda”.

Me paro en la cafetería de la Universidad y pido el desayuno que no he podido tomar, ahora sí que me apetece, (que bien me sienta). Pongo en marcha todas las opciones de las redes sociales para contactar con mis amiga/os, con mi gente, con los que comparto una parte importante de mi vida. A mis padres y a mi hermana Carola les llamo, les transmito mi estado de ánimo, les doy una tremenda alegría “se la merecen”, lo han hecho todo por mí.

A partir de ahí el sonido de entrada de mensajes y memes es frenético, no me da tiempo a contestarlos todos, les pido que me ayuden a difundirlos. Quiero que todos los sepan, que se alegren, y que quedemos... Pero ya, ese mismo día, con todos los que sea posible, quiero compartir mi felicidad.

Poco a poco va aumentando la reunión, todos me abrazan, me animan, se alegran, quieren saber que voy a hacer a partir de ahora. De momento no lo sé ni yo. Vamos quedando en “la Tasquita” centro de reunión del grupo. Según va pasando el tiempo (y aumentando el número de cervezas que tomamos) sube el nivel de euforia, la alegría, el tono de la voz, las conversaciones se mezclan, no es fácil saber con quién ni casi de qué se habla. Calentitos decidimos hacer una ronda en la zona de bares.

El grupo va en aumento, se unen otros amigos que vamos encontrando en otros bares, ya casi no sé muy bien si son de nuestros grupos, o no, puede que sean amigos de mis amigos, pero no es día para “poner reparos y puertas al campo”  

Puf… se nos ha ido el día sin darme cuenta, está entrando la noche, y seguimos, hasta que hora?. Hoy puede valer casi todo.

Hoy vamos a vivir el presente y el momento, lo que viene intentaré y deseo sea lo mejor posible

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