avvfénix.blogspot.com.es 09/09/2020
El placer de la lectura.
Hay pocas cosas que nos aporten más beneficios que la lectura. Y nunca nos pide nada a cambio, solo tiempo para hacerlo. La música es algo parecido, pero no aporta tanto como un libro. Y el cariño incondicional de una animal (un perro), pero este solo en el terreno emocional, puede dar la vida por ti si es necesario, lo único que pide a cambio es tu cariño.
A lo largo de mi vida, no he tenido oportunidad de leer mucho, (la verdad es que no sabía lo que me estaba perdiendo, ahora si el tiempo volviera atrás sí que buscaría tiempo de donde fuera, sería una de mis preferencias). Desde hace cinco años que me jubilé dedica al menos una hora diaria mínimo a la lectura, a veces varias, a veces me cuesta dejar de hacerlo en ese momento, me atrapa, me engancha. La misma proporción de tiempo a aprender música, pero de eso hablamos otro día.
La media de lectura es de casi un libro a la semana. En este momento este leyendo (1921 Diario de una enfermera, de Eulogio R. Montero). No suelo elegir una línea determinada a la hora de elegir los libros, estoy suscrito a Nubico Premiun, lo que me permite disponer de una Biblioteca muy amplia por un precio económico mensual.
Los conocimientos y cultura que se adquiere con la lectura son impresionantes, se puede hacer de casi todo: Viajar, al sitio que quieras del Mundo y estarlo viviendo como si estuvieras en el sitio, el momento y la situación que se está viviendo. Puedes conocer las ciudades, culturas, religiones, paisajes, museos, no hay límites, solo el de meterme en lo que estás leyendo y vivirlo, puedes verlo y ser partícipe de ello.
Puedes soñar, cerrar los ojos y ver, oír, sentir, participar, reír, llorar, emocionarte… cualquier cosa, y desde la comodidad y tranquilidad de tu propio hogar o el sitio más inesperado, solo necesitas, el tiempo y luz natural o artificial. Que poquito verdad, y lo económico que sale.
Si no lo haces, inténtalo, seguro que te vas a alegrar
Uno de mis dos hijos empezó a leer a los tres años, cuando salía de paseo solo se enfadaba si no se le compraba un TBO, iba cogido de una tiranta para que no se despistara de los padres, y que no le dificultara ir leyendo por la calle. Sigue siendo un devorador de lectura a sus (45) años, y se nota, vaya que si se nota, en el desarrollo de su inteligencia y sabiduría. Tiene dos hijas de 11 y 13 años, todavía sigue leyéndole cada noche, una de ellas ha heredado de su padre la pasión por la lectura, y se nota, vaya que si se nota.
No hay comentarios:
Publicar un comentario