avvfénix.blogspot.com.es 20/07/2020
Rebeldía,
irresponsabilidad e inmigración.
Las autoridades tiene que ser rigurosas en exigir el
cumplimento de las normas establecidas, y
los ciudadanos en el cumplimiento voluntario de ellas.
Se recibió con alegría el fin del confinamiento, y en la mayoría de las
personas con el firme propósito de hacer lo que fuera necesario para no
volver a tener otro, al menos por no
respetar las normas que se dictaran por las autoridades sanitarias. Fueron
duros los 90 días y dejaron secuelas que se están viendo y van a seguir apareciendo con el paso del tiempo.
Pero no, no se está cumpliendo el propósito
que nos hicimos y vamos en caída libre, con el posible riesgo de volver a un
nuevo confinamiento en breve, si todo sigue como va. Hay sectores de la
población que no cumplen las normas y son los que producen que se vaya cuesta
abajo. Cuesta entenderlo pero así es. En especial
hay dos sectores o grupos que son muy numerosos y son los principales
generadores y propagadores de focos.
Juventud
e inmigración. A simple vista dos
sectores muy opuestos. Analizaremos los motivos que pueden ser el origen, en
ambos casos.
Juventud.
Esta semana se ha originado un brote en
Córdoba por una fiesta de 400 jóvenes, sin ningún tipo de protección ni
cumplimiento de las normas de distanciamiento u otras. De momento hay 19 caso
positivos y 1.500 personas directas en revisión. La extensión a donde
puede llegar los contactos de estas 1.500 personas puede ser muy grande, y todo producido por un acto de irresponsabilidad de unos
pocos.
A lo largo de las historia han sido los que han iniciado protestas,
huelgas, manifestaciones y
reclamaciones con medios
parecidos para conseguir objetivos que en la mayoría de los casos han sido
beneficiosos para el conjunto de la sociedad. Y lo han conseguido al menos en
una gran parte.
Tienen a su favor la fuerza, cultura, preparación, tiempo,
tecnología, moverse en su vida diaria en
grupos extensos de estudiantes, diversión, movimientos sociales y otros que por
su edad frecuentas y pertenecen.
Pero en este caso es diferente, no piden ni reclaman nada, que se
conozca, puede que les una la rebeldía de no querer
que nada ni nadie les imponga una forma de vivir o comportarse, aunque sea
temporal o circunstancialmente, y esa sea su reacción, la del incumplimiento de
las normas, como protesta callada.
Pero del error se están viendo los resultados, y
es necesario que reaccionen a tiempo, los que casi siempre han sido los
conseguidores de beneficios para el
resto de la sociedad. Ahora están consiguiendo lo contrario. Y tienen
todas las ventajas a su favor para darle
la vuelta a esto y ser de nuevo el ejemplo, pero en positivo no en negativo,
como lo están haciendo. Tienen que ser el ejemplo
al que todos nos unamos para conseguir los objetivos. Sí, el ejemplo y la obligación, por ellos mismos, por su
familia, padres, abuelos y por el resto de la sociedad que vuelva a confiar en
ellos como los defensores de las causas justas.
Temporeros
e inmigrantes.
Hay diferentes sectores dentro de ellos, y
algunos funcionan bien, porque se han
recibido bien desde el origen y en cumplimiento de las normas desarrolladas
para su perfecto funcionamiento e incorporación a la sociedad. Los que
no lo hacen es porque desde el origen de su entrada en nuestro País, todo se
hace mal, desde su entrada y aceptación o devolución a sus países de origen. Analicemos algunos.
Mujeres
marroquíes en la temporada de la fresa en Huelva.
No hay noticias de nada negativo en el tiempo que permanecen en España.
Vienen con contratos de trabajo en empresarios que los necesitan, aportan sus
impuestos, no crean problemas, y no suele conocerse nada negativo en el
desarrollo de su labor y convivencia. Lo bien hecho empieza en los contratos en origen.
Centros
de acogida.
El principal brote de Covid 19 en Málaga se ha producido en un centro
de acogida de Cruz Roja en Málaga. La entrada de estas personas es irregular,
suelen entrar en pateras. Y a partir de ahí todo va mal. Si ponemos un ejemplo
en la construcción podemos decir que es como si un
edificio se inicia su construcción sobre suelo movedizo y con unos cimientos inseguros. Todo lo que
se haga a partir de ahí va a ir mal.
Temporeros.
Una parte muy importante de estos han llegado en situación irregular y
así están en sus trabajos. Por lo tanto no hay ni
una protección, ni un control, y además no aportan impuestos o favorecen la
economía. Suelen crear asentamientos también irregulares, viven en
situaciones no protegidas ni reguladas, ni deseables para ningún ser humano. Pero esa situación no la crea el país al que ellos
llegan, se crea por su entrada
irregular, a partir de ahí todo va mal.
Los focos más importantes de Cataluña se originaron en Lleida, y se
produjeron en temporeros. A partir de ahí se han ido extendiendo de una forma
muy preocupante.
En Albacete en un asentamiento irregular se han detectado 19 casos
positivos, se han puesto bajo control la totalidad de las personas que lo
ocupan. En señal de protesta unas 100 personas
se han saltado las normas y han iniciado
una protesta en la que se veían bastante de ellos sin mascarillas ni medidas de
distanciamiento. Volvemos al origen, este es irregular y a partir de ahí
nada puede ir bien.
El ayuntamiento ha anunciado el cierre del asentamiento donde residían
unas 500 personas de forma irregular y condiciones precarias. Y ahora qué pasa?
Exigen tener derechos, pero si su entrada ha sido
irregular no es posible que puedan reclamar nada. Es peor el remedio o la…?
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