El Rinconcillo, icono de
la Sevilla más clásica
Los bares más antiguos de cada provincia de Andalucía
Para algunos
andaluces (y, por extensión, para toda España y gran parte de la cultura
mediterránea), los bares son como un segundo hogar. Son lugares que favorecen la tertulia y el acercamiento, el
conocer a nuevas personas que, con el tiempo, pueden convertirse en íntimos.
Sitios de anécdotas, amores y desamores, risas y, en alguna ocasión, el llanto
de una conversación privada.
Y esto no es
nuevo. Restos arqueológicos han revelado que el bar más antiguo es el Sean’s
Bar, en la ciudad irlandesa de Athlone, que abrió sus puertas en la Edad Media
y que a día de hoy sigue al pie del cañón. Hoy os proponemos una ruta por
los bares más antiguos de Andalucía. ¿Cuántas historias podrían contar sus mudas paredes?
Antes de
seguir leyendo, ¿sabrías decirnos cuál es el bar más antiguo de tu provincia?
Mira luego si has acertado.
El bar más antiguo de Jaén: La Manchega (1886)
En la
calle Bernardo López, 8, nos encontramos con La Manchega, el bar más antiguo de
todo Jaén. Inaugurado en 1886, está considerado como todo un museo, ya que Pepe, su dueño, es un amante de las
antigüedades. Él fue quien, desde su entrada en 1958, el que comenzó a
introducir las tapas en un local exclusivamente de bebidas, unas tapas, por
cierto, que se regalan con la bebida.
El bar más
antiguo de Córdoba: Taberna Sociedad Plateros (1872)
Nos vamos a
la calle cordobesa de San Francisco, una casa que honra al flamenquín y
al salmorejo cordobés.
Fue fundada en 1872 y ha sido visitada por numerosas personalidades de la
política y la cultura, como Julio Anguita, Fosforito o El Pele. Aquí podrás
deleitarte con típicas tapas cordobesas de toda la vida, caseras y sin
vanguardias.
El bar más
antiguo de Sevilla: El Rinconcillo (1670)
El bar más antiguo de Huelva: Casa Miguel (1868)
Un icono de
la Sevilla hostelera y conocido en el mundo entero: los turistas forman largas
colas para poder entrar en un lugar lleno de encanto en el que probar míticas
tapas sevillanas, como las espinacas con garbanzos, las pavías, croquetas
y ensaladillas. Tiene opción de tapa en barra y restaurante en el salón
de la parte superior. Cita obligatoria si pasas.
Fundada en
1868, Casa Miguel respira Huelva por todos sus muros. Son especialistas, como no,
en tapas tradicionales de la ciudad, como las albóndigas de choco y los tollos con tomate. Se encuentra al lado del
tradicional Mercado de El Carmen y cuenta con terraza exterior. No es un lugar
caro: mantiene una buena relación calidad-precio y es conveniente reservar con
antelación.
El bar más
antiguo de Cádiz: Ventorrillo El Chato (1780)
El dueño del
bar más antiguo de Cádiz es el responsable del nombre del mismo: al parecer, el
buen hombre gastaba una nariz “como la proa del Amerigo Vespucci”. Durante el
siglo XVIII fue una casa de postas y, al parecer, era un punto habitual del rey Fernando VII.
Se encuentra a pie de playa, entre Cádiz y San Fernando, y su cocina mezcla
tradición e innovación.
El bar más
antiguo de Málaga: Antigua Casa de Guardia (1840)
Según los
entendidos, no hay un punto como este en Málaga para tomarse un buen vino: si
eres amante del Pajarete, Málaga Garijo, Verdiales, Moscatel o Vermut, deberás visitar la Antigua Casa de Guardia. Un museo del vino
que hará las delicias de todos aquellos que practican enoturismo en Andalucía y para los
amantes de tapas como mejillones al vapor, gambas cocidas, surtido de quesos,
etc.
El bar más
antiguo de Granada: Bar Casa el Sota (1905)
Un clásico
de la gastronomía casera en Granada, recibe su nombre porque antiguamente solía jugar
mucho a las cartas entre sus cuatro paredes. Está situado en la Plaza del
Realejo, es pequeño y muy recomendable para comer menú del día. Cuenta con un
salón en la parte trasera y los domingos suelen preparar arroz.
El bar más
antiguo de Almería: Casa Puga
Elegido por la publicación The Guardian en
2019 como uno de los 10 mejores bares de tapas y restaurantes, Casa Puga se
encuentra en pleno casco histórico de Almería, y ofrece tapas tan deliciosas
como las alcachofas con anchoa, el bonito de atún seco en AOVE y salsa de
pimiento, o su clásica ensaladilla rusa. Un clásico de la ciudad.
Pinceladas de humor.
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